Pero como decía al principio, hablaba yo de himnos. A sazón de la afición del señor Aznar por la poesía me acordaba de la reunión de poetas que convocó para que escribieran de un himno. Convocatoria para la cual contó con la ayuda de Luis Alberto De Cuenca en aquellos días Secretario de Estado de Cultura (a quien admiro por su finísima erudición cómica). El himno pretendía ser un florilegio de poetas representantes de nacionalidades y regiones. Allí estaban el catalán amante de los trenes y huérfano de Joana: Joan Margarit; Abelardo Linares el hombre del millón de libros, poeta y editor de la tan primorosa editorial Renacimiento; el propio Luis Alberto de Cuenca que de himnos entiende porque ya hizo alguno para la movida y la voz de Gurruchaga. Desde el País Vasco desembocaba en la Moncloa Jon Juaristi. Y se encontraban también José Jiménez Lozano y el gallego Ramiro Fonte. Escribieron un himno, ante la ausencia de Margarit y Jiménez Lozano que se descolgaron del equipo, pero de poco sirvió.
¿Qué tendrá o no tendrá España que no tiene himno?
María Moliner con la precisión que le caracteriza da dos definiciones de himno perfectas:
1.-Composición poética de tono solemne en alabanza de algo.
2.-Composición musical de esas mismas características, destinada a ser cantada, generalmente a coro, como para unir en el mismo fervor o entusiasmo a los que la cantan.
De ambas podemos derivar lo que tendrá o no tendrá España para no tener himno. De la primera, parece no haber nada que alabar. O precisamente por lo que unos y otros pretenden alabar se tiran los trastos a la cabeza y los referentes del himno no hay quien los ordene. La Unidad o la diversidad, las regiones, las naciones o las nacionalidades, el pasado, el 18 de julio o el 14 de abril…
Respecto a la segunda definición parece que no tenemos nada en torno a lo cual unirnos en fervor y entusiasmo. Los triunfos dan entusiasmo y unen porque se hacen sobre los vencidos y los enemigos. Y no hay mejor revulsivo nacional que un enemigo. Si los enemigos no nos unen es porque aún creemos que los tenemos dentro. Mal asunto, sin himnos, sólo farfolla. Tenemos por tanto distintos ídolos y enemigos internos, no tenemos ídolos comunes, tampoco enemigos externos y tampoco himno.
Quizá sólo existan himnos personales. En cierta ocasión alguien me comentaba que el suyo se lo escribió Cernuda, Si soy español, los soy/ A la manera de aquellos que no pueden/ Ser otra cosa, me recitó. Buen ejemplo me pareció de lo que significa ser español, aunque incompleta y sesgada la cita, le dije. El poema de Cernuda se titula Díptico, y como todo díptico son dos partes, diferentes pero relacionadas. Y en el poema hay dos poemas Es lástima que fuera mi tierra y Bien está que fuera mi tierra. Cernuda no sólo está obligado a ser español sino que también voluntariamente se siente español y perteneciente a un tradición generosa, rica y heroica. Será eso ser español, con sus luces y sus sombras. Muy en el fondo o muy por encima, entremezclado y agitado con otras identidades alguna vez me he sentido español, pero también me he sentido andaluz y descendiente de Maimónides incluso músico y poeta, así que tampoco tiene mucha importancia lo que me sienta. Pero Cernuda escribe algo que es muy tolerante:
Hablan en el poeta varias voces varias:
Escuchemos su coro concertado,
Adonde la creída dominante
Es tan sólo una voz entre las otras.
Díptico Español, en Desolación de la Quimera [ 1956-1952]
Tolerancia afín a la de W. Whitman cuando escribe que es múltiple y plural o afín al Pessoa que recurre a los heterónimos porque no se siente uno sino muchos. Poetas y personalidades que cuando escribieron y vivieron eran tolerantes con su varia personalidad e identidad. Para cuándo un himno que sea lo suficiente tolerante, lo suficiente plural. Para cuándo un poeta nacional que sea lo suficientemente tolerante con su identidad varia y escriba un himno. Para cuándo españoles que de plurales sean también catalanes y madrileños, nigerianos y ecuatorianos, hombre y mujer, niños, adultos y ancianos. Que seamos capaces de cantar un mismo himno porque el himno es de todos y así lo entendamos. Y, sobre todo, porque queremos ser de todos y lo respetamos.
Traía distintos himnos para comentarlos. El primero es el propuesto por la cámara de poetas reunidos por Aznar. El señor Jon Juaristi en un artículo explica el propósito que se marcaron: un texto breve, fácil de memorizar y de traducir, con léxico sencillo, no belicista, que destacara la proyección universal de España, el destino europeo y una exaltación de la libertad. Una España de individuos en libertad y con destino europeo y universal. Esta extroversión por parte del himno me parece deficiente, como si de los referentes interiores quisieran huir, porque la libertad es de consuno admitida y no hace referencia a ningún hecho particular generador de esa libertad.
HIMNO NACIONAL
Canta, España,
Y al viento de los pueblos lanza tu cantar:
Hora es de recordar
Que alas de lino
Te abrieron camino
De un confín al otro del inmenso mar.
Patria mía
Que guardas la alegría de la antigua edad:
Florezca en tu heredad,
Al sol de Europa
Alzada la copa,
El árbol sagrado de la Libertad.
Parece incluir también referencias a la tradición poética española, “al viento del pueblo” de Miguel Hernández, la tradición de los Cantares, al hablar de “cantar” y no de “canción”, al “camino” de Machado y a los versos de Espronceda “en todo mar conocido/ de uno al otro confín”.
Los siguientes himnos son el de Eduardo Marquina escrito durante el reinado de Alfonso XIII y el segundo de José María Pemán a petición de Miguel Primo de Ribera en 1928.
LETRA DE EDUARDO MARQUINA
Gloria, gloria, corona de la Patria,
soberana luz
que es oro en tu pendón.
Vida, vida, futuro de la Patria,
que en tus ojos es
abierto corazón.
Púrpura y oro: bandera inmortal;
en tus colores, juntas, carne y alma están.
Púrpura y oro: querer y lograr;
Tú eres, bandera, el signo del humano afán.
Gloria, gloria, corona de la Patria,
soberana luz
que es oro en tu pendón.
Púrpura y oro: bandera inmortal;
en tus colores, juntas, carne y alma están.
LETRA DE JOSÉ MARÍA PEMÁN
¡Viva España!
Alzad los brazos, hijos
del pueblo español,
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria que supo seguir,
sobre el azul del mar el caminar del sol.
¡Triunfa España!
Los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fe.
Juntos con ellos cantemos de pie
la vida nueva y fuerte de trabajo y paz.
El Primer cuadro es la Chiquita Piconera, de Julio Romero de Torres, está en la Casa Museo Julio Romero de Torres. El segundo es la Venus Anadiomene de Tiziano, esté en el National Gallery de Edimburgo.