“Imagínese una A íntimamente unida con una B, sin poderse separar ni por muchos medios ni por mucha fuerza; imagínese una C que tiene esa misma relación con una D; ponga en contacto ambas parejas: A se precipitará sobre D y C sobre B, sin que se pueda decir quién abandona antes a quién, ni quién se ha vuelto a unir antes al otro”
Estas palabras, pertenecientes a la novela “Afinidades Electivas” de J. W. Goethe y sacadas a colación por José M. González García en su ensayo “La Máquina burocrática (afinidades electivas entre Max Weber y Kafka)”, me han venido a la memoria tras conocer la noticia de la elección por parte de McCain de la gobernadora Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos. Se preguntará, querido lector, por qué extraños senderos viajará mi memoria para encontrar tan extraña afinidad; me explicaré. Al parecer ambos candidatos han elegido a sus compañeros de viaje siguiendo el criterio de la complementariedad. Es decir cada candidato a la vicepresidenta añade al candidato a la presidencia aquello de lo cual éste carece. Pues bien, como parece que entre McCain y Obama median diferencias tales que ambos, juntitos pero no revueltos, harían la parejita perfecta (la juventud e inexperiencia de uno se complementaría con la experiencia y avanzada edad de otro; así como también se complementarían en talente e incluso en raza) Entre los dos restablecerían el divino equilibrio, la mesura, el punto medio. Aristóteles fliparía ante tal unión. Tal es la complementariedad que parece ser que Obama ha elegido a un McCain Demócrata así como por su parte McCain ha elegido un Obama Republicano. De ahí mi recuerdo a las Afinidades Electivas de Goethe. En un hipotético encuentro entre ambos ticket me imagino que Obama y Sarah Palin se unirían irremediablemente, tan cual imanes, al igual que así lo harían McCain y Biden.
Parece ser que algunos de los elementos más característicos de la candidatura de Obama se repiten con la presentación de Sarah Palin como vicepresidenta candidata. Se resalta su juventud (44 años) así como también una hecho histórico sin precedente previo: será la primera candidata al Ejecutivo por parte del Partido Republicano. En ambos sentidos también se destaca la candidatura de Obama: hombre joven y primer candidato negro a la presidencia de Estados Unidos. Pero los parecidos no quedan ahí, ambos puede recurrir con legítimo carácter revanchista a la historia política de Estados Unidos, usando a su albur hitos históricos que dan prestigio a su candidatura, la candidata republicana ya ha mentado que esta semana que viene se celebra el 88º aniversario del sufragio femenino en EEUU. Sarah Palin nos recuerda a las sufragistas así como Obama nos recuerda al Movimiento por los Derechos Civiles. Pero pasemos al lado oscuro. Al parecer ambos adolecen de los mismos defectos: inexpertos candidatos. Recordemos que le candidato a la vicepresidenta es presidente en potencia, en caso de desaparición del presidente. Algunos agoreros desde la prensa se refieren a la avanzada edad de McCain así como al hecho de que ha superado un Cáncer.
Lo que sí deja claro la decisión por parte de McCain es que le vendrán de vuelta críticas que él ha vertido sobre Obama. Ya me imagino a Biden resaltando su experiencia frente a la de Palin. Deberían llegar a un pacto de caballeros, McCain y Biden, “yo no me refiero a la inexperiencia de tu imberbe púber y tú no lo haces del mío”.
También parece dejar claro la elección de McCain que éste siente cierta admiración por Obama, así como cree conveniente o rentable electoralmente su perfil ya que parece haber optado por un perfil parecido al elegir a Sarah Palin. Lo mismo se puede decir de Obama respecto a su elección de Biden. Parece ser que: o bien a ambos le gusta la moderación y la mesura entre extremos o bien se ha producido un intercambio de asesores. Lo que sí es seguro que quieren ampliar su frente de electores.