Ya tenemos la nueva parejita demócrata. La elección de Biden como compañero de carrera por parte de Biden es el nuevo fenómeno político norteamericano. Parece ser que hasta McCain se ha decantado por tomar como estrategia la de centrarse en lo que éste aporta que es, a su vez, lo que a Obama le falta, crítica sin mucho sentido ya que más que una crítica parece una constatación de compatibilidad de personalidades. Por lo que se puede leer en la prensa no faltan las interpretaciones de la decisión de Obama, así como tampoco faltan las futuras predicciones de cómo afectará en la carrera hacia la Casa Blanca.
La complementariedad parece bastante obvia, aunque no deja de parecerme extraña en algunos aspectos. Sobre todo en la materia a la cual se le toma por experto a Biden: política exterior. Sé que a Obama se le critica por su carencia en tal materia pero, a su vez, dada la situación de crisis económica que sufre Estados Unidos se podía haber decantado por un vicepresidente experto en economía. Esto podía haber dado seguridad a su candidatura. Supongo que en estos casos no se podrá tener todo en el momento de elegir vicepresidente candidato. Tendrá la o opción de cubrir distintos frentes y Obama y su equipo han preferido proteger la materia de política exterior. Pero en tiempos de crisis económica los electores norteamericanos buscarán también experiencia en la gestión de una crisis económica.
Junto a la complementariedad parece que la decisión de Obama apuesta por la seguridad así como por la moderación. Biden representa un hombre de estado, maduro y domesticado por años de experiencia como Senador. Obama representaba una candidatura fresca una política rupturista que apelaba a un discurso emotivo más allá de las riendas del sistema, Obama parecía aun no ser un miembro domesticado del panorama político norteamericano. La elección de Biden parece un viraje en la estrategia de Obama, como si no quisiera caer en los excesos de la tendencia que parecía haber marcado. Parece querer buscar un nuevo nicho de confianza, un nuevo perfil de votante. Solo cabe esperar que el ciudadano que había encontrado en él una posibilidad de cambio de estilo político no se tome la elección de Biden como vicepresidente como una vuelta al redil. Comentaba el sábado en el Washington Post Chris Cilliza que uno de los riesgos que tenía la elección de Biden es que si bien éste se amoldaba demasiado al estilo de Obama lo que él ofrece se esfumaría, a la vez que si Obama se amoldaba al estilo de Biden podría perder el encanto que había conseguido. La consecución del triunfo dependerá en gran medida en el mantenimiento de un equilibrio en ambos estilos.
Se piensa también que la elección de Biden ha sido desafortunada en varios sentidos. Supone la aceptación por parte de Obama de las críticas que le han vertido, esto me parece afortunado en cierto sentido, da la impresión de un candidato consciente de sus carencias y que sin ser individualista sabe de la necesidad de un compañero. Aunque McCain intentará aprovechar esta veta. Se piensa también que al escogerse a un vicepresidente con una vida política tan larga será fácil para, medios de comunicación y competencia, encontrar referentes críticos, en sus hechos y palabras. Ya han empezados con el destape de un discurso plagiado. Consideran también que su sexo es inapropiado, que hubiera sido mejor una vicepresidenta candidata, sin que esto suponga la elección de Hillary Clinton. Elección que yo no hubiera encontrado muy apropiada. La lucha durante las primarias ha sido bastante enconada y dudaría de una posibilidad de cooperación entre ambas personalidades, creo que la compatibilidad se ha roto una vez que no fueron capaces de tomar la decisión de ser candidatos conjuntos durante los momentos más competitivos de las primarias. Aunque sí creo que hubiese tenido sus ventajas una candidata a la vicepresidenta. El asesor Dick Morris ya ha recomendado a McCain la elección de una vicepresidenta como compañera de carrera para arrastras un segmento del voto femenino que sí hubiera votado a Hillary, pero no lo hará a Obama.
La experiencia que se le asume a Biden ha sido vista por algunos comentaristas como una exageración. Lo cual a mí no me extraña ya que se han dado artículos que parecen más una exaltación de su figura que un análisis propiamente dicho. Al respecto cabe citar el artículo de David Brooks publicado en The New York Times que exalta a Biden por su honestidad, lealtad y experiencia. Toda una presunción de perfección. Cuestionar su experiencia es difícil, dado su larga vida política, pero sí se puede decir que el ámbito en el que la haya desarrollado sea insuficiente: el Senado. Así lo hace Pablo Pardo desde www.elmundo.es quien cree que la experiencia ejecutiva es propia de gobernadores y no de los senadores “cuasivitalicios de EEUU” que no tienen que lidiar con los legislativos de sus estados ni que se enfrenta a “feroces” elecciones cada cuatro años. Recordemos que el mandato de los senadores es de 6 años aunque se renueva 1/3 cada dos años.
Gran parte de los análisis que se hacen de la elección de Biden se verán determinados por qué piensen qué se debe obtener al elegir a un vicepresidente candidato. Se puede entender que al elegirlo se está moviendo un peón en la campaña electoral o, al contrario, se está pensando en la gobernabilidad del futuro ejecutivo. Qué es más recomendable, desde mi punto de vista lo segundo, sólo cabe esperar que así lo vean los electores norteamericanos y juzguen y elijan a su entender.
(Photo taken on Dec 13, 2007 in Iowa: Chris Gannon/Getty Images)
1 comentario:
Desde el punto de vista tecnológico, parece que Obama y Biden también difieren: Mientras Obama ha mostrado interés en promover las "tecnologías para todos" y apoyar el software libre, Biden es uno de los principales detractores de la neutralidad de Internet. Se puede leer más al respecto en http://despuesdegoogle.com/2008/08/25/biden-contra-obama-malos-tiempos-para-internet/
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